En nuestra siguiente obra, hemos realizado la aplicación de un pavimento de resina epoxi en la fábrica de Kide ubicada en la localidad de Ondárroa, provincia de Vizcaya.
De cara a una mejora en la apariencia de los suelos y aumentando la resistencia de los mismos, se ha optado por desbastar la pintura antigua y sustituir la misma por un pavimento de resina. No solo estéticamente hablando, un pavimento de resina nos aporta un nuevo suelo que en comparación con la pintura, pasa de tener 300-400 micras de espesor a 3-4 milímetros, lo que supone una mejora considerable.
Para ello, como es habitual, primero procedemos a realizar el acondicionamiento previo del suelo. Desbastando completamente la pintura antigua y abriendo el poro en el hormigón para tener a continuación una perfectamente adherencia de nuestra imprimación.
Una vez que tenemos el suelo imprimado y seco, procedemos a aplicar una capa de pavimento autonivelante cementoso, a base de resinas acrílicas. Dicho pavimento es una excelente base para cualquier suelo, puesto que su alta dureza proporciona al suelo una elevada resistencia.
A continuación, aplicamos 3 capas de resina epoxi con tratamiento antideslizante, para el acabado del suelo, diferenciando el mismo en pasillos y áreas de producción distinguidos por diferentes colores.
Dicho acabado, culmina un suelo altamente resistente e impermeable, muchas veces superior a una simple pintura, con un acabado antideslizante y una apariencia muy estética y profesional. Sin lugar a dudas, los pavimentos de resina epoxi son en la actualidad uno de los mejores sistemas para la realización de suelos en la industria.
